Artículo

Revista Estudios en Seguridad y Defensa 7(14): 32-43, 2012

El asunto de las poblaciones indígenas: de geopolítica a políticas geográficas

MAGISTER ALESSANDRO POLITI*


* MA en Historia Militar (Universidad de Pisa) y MA en historia (Scuola Normale Superiore de Pisa). Investigador senior en el CeMiSS (Centro Militar para Estudios Estratégicos - Ministerio de Defensa de Italia). También es un líder de proyecto de la iniciativa Visión Clobal 2012 de CeMiSS. Director de la Fundación del Colegio Defensa de la OTAN (Roma). Correo: :alepolca@iol.it


Recibido: 30 de septiembre de 2012
Evaluado: 1- 16 de noviembre de 2012
Fecha de aprobación: 27 de noviembre 2012


Tipología: Artículo de reflexión resultado de investigación


Palabras clave: Estado en red, economía de mercado social, reforma agraria, economía real sustentable, bienes comunes, capitalismo financiero.


El asunto indígena es un desafío para los obsoletos paradigmas sociales, políticos y económicos, pero puede utilizarse como un fuerte apalancador de la reforma para el cambio y hacer más competitivo y vivible a todo un país, liberándolo del costo y de la carga de viejos y pesados conflictos así como abriendo nuevas sendas sustentables de desarrollo.


Para gestionar este cambio uno debe tomar en cuenta no sólo la crisis del Estado Nación, sino también la del sistema financiero capitalista y revaluar los intereses estratégicos y las prioridades políticas en un nuevo paradigma. El necesario cambio conceptual estratégico requiere pasar de la geopolítica clásica a "políticas de geo", es decir, la proyección deliberada de un conjunto de proyectos sociales sobre un espacio geográfico. Poner a las sociedades humanas en el centro ayuda a superar las evidentes limitaciones tanto del enfoque geopolítico como del enfoque geoeconómico.

En términos operacionales, esto significa:

Introducción

El artículo busca redefinir el asunto de las poblaciones indígenas latinoamericanas en diferentes términos políticos y estratégicos, utilizando el nuevo paradigma geopolítico. Es evidente que el largo despertar político de las poblaciones nativas (llamadas de forma interesante por los canadienses "Primeras Naciones") ha presentado serios problemas a las élites en las últimas décadas y hoy, un nuevo enfoque debería ayudar a hallar un buen compromiso entre diferentes e importantes necesidades políticas y sociales.

La metodología seguida es la humanista clásica y la investigación para este documento se llevó a cabo entre enero y octubre de 2002.

El principal problema que aborda el artículo es cómo facilitar una solución de un problema que presenta varios aspectos contradictorios, salvaguardar derechos de vieja data pisoteados y la misión y función de un gobierno nacional, superando viejos dilemas y soluciones simplistas.

El asunto indígena no puede solucionarse sin resolver los desequilibrios generales de los países y de las sociedades que han creado este asunto desde el mismísimo principio de un nuevo periodo histórico en el siglo XV.

La naturaleza del problema

Puede verse una imagen general del problema mediante estos tres diferentes eventos:

A primera vista, la pregunta que plantea la actividad de los grupos indígenas puede percibirse como un nuevo/viejo desafío en contra del Estado en sus tres manifestaciones: monopolio de la violencia, procesos políticos y legitimidad. Sin embargo, mirar el asunto únicamente a través de estas lentes sería políticamente superficial, una receta para perpetuar un problema que lleva ya más de 500 años y más aún, elegir un objetivo geopolíticamente elusivo como muestran los siguientes mapas y cuadros.





Como se dijo, un enfoque geopolítico arroja resultados muy parciales.




¿Son estas políticas represivas aún viables en el corto/mediano plazo? No, aunque el renacimiento indígena y el despertar no son irreversibles, como todo fenómeno sociopolítico. En otras palabras, el uso de medios violentos tanto públicos como privados puede aún contemplarse en teoría, pero su efectividad es limitada en el tiempo y los costos son muy altos.

En contraste con Norteamérica, donde los nativos fueron casi totalmente asimilados y confinados en reservas, los "indios" todavía se encuentran en números lo suficientemente grandes como para reclamar sus propios derechos. La primera ola de resistencia se levantó durante el siglo XVI, seguida de una segunda ola a comienzos del siglo XIX y de la tercera, a comienzos del siglo XX. En los años 70, comenzó la cuarta ola, que ha durado hasta hoy. Es sorprendente que ésta comenzará precisamente cuando el Plan Cóndor devastó a los grupos de oposición política y social en la mayoría de los países sudamericanos.5



Desde el punto de vista de la seguridad, un mejor ángulo para el problema lo proporciona una visión sinóptica de diferentes problemas y conflictos sociales, enfrentamientos políticos, y revueltas que caracterizan al área. Aunque cada país tiene sus propios problemas, parece que por un lado, el cercado de tierras, la deforestación, las operaciones mineras masivas, la contaminación de la tierra, las migraciones forzadas, y el monocultivo intensivo, están conectados con los movimientos de resistencia social, y por otro lado, las actividades militares/paramilitares, o los despliegues consistentes de policía, están vinculados con movimientos de protesta social y/o conflictos relacionados con el narcotráfico.

No es fortuito que aún movimientos socialmente antagónicos correlacionen su monitoreo de las protestas sociales con negocios agrícolas, minería, explotación forestal y con planes de infraestructura masiva promovidos por la URSA (Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Sura-mericana).6

Lo que es interesante notar, desde el trasfondo de código abierto en relación con los segmentos que se encuentran tras los símbolos, es que en general las poblaciones indígenas no son los actores de los conflictos violentos (guerrilla, narcoguerrilla, escuadrones de la muerte, paramilitares, etc.), sino, con mayor frecuencia, las víctimas.

Las recurrentes informaciones en relación con el reclutamiento forzado, la minería indiscriminada de territorio nativo, la intimidación armada y los ataques, asesinatos colectivos e individuales, torturas y el riesgo de extinción debido a prolongados conflictos entre el Estado y los actores no estatales, muestran que es ilógico designar a comunidades indígenas más o menos numerosas dentro de un Estado como un desafío serio al monopolio de la violencia. La siguiente tabla proporciona luz a una realidad sutil, en relación con procesos políticos y aspectos relevantes de la legitimidad de las naciones Estado existentes, no sólo en el área.



En otras palabras, las comunidades indígenas son un problema con múltiples facetas políticas, exactamente como lo son Cataluña en España, Escocia y Gales en el Reino Unido, Tirol del Sur o la incipiente "Padania" en Italia, Flandes en Bélgica y las islas áland en Finlandia, Groenlandia y Dinamarca y territorios similares alrededor del mundo.7

En este sentido, son una parte (o, según algunos círculos políticos, un partido de oposición) del proceso político que está redefiniendo en todo el mundo a la nación estado de los siglos 19 y 20. Bolivia es un buen ejemplo del problema indígena, precisamente porque las poblaciones indígenas son una mayoría, el presidente es un Aymara, el Estado es expresamente multinacional y se mantiene el consumo tradicional de hoja de coca. Los principales puntos de fricción entre el gobierno y dichos sectores políticos son:

En suma, Bolivia como estudio de caso muestra que hay tres problemas mayores que movilizan política y socialmente a los grupos indígenas: la tierra, los grandes proyectos y la identidad social nacional. Esto es, como este mapa muy simplificado ilustra, un conjunto de temas recurrentes entre Suramérica y América Central.



La tierra es un asunto político/psicopolítico primario y ancestral; la distribución de la tierra fue un problema principal en todas las sociedades antiguas y las reformas agrarias siempre han sido un paso crucial del caos al orden y, más tarde del arcaísmo a la modernidad. Mientras en el pasado las reformas agrarias latinoamericanas eran el elemento de discordia entre liberales y conservadores de la misma clase social blanca y mestiza, hoy son el reclamo esencial de las tribus desposeídas.

En varios casos del pasado, la lucha social minó el monopolio de la violencia por parte del Estado controlado por las clases sociales superiores blanca y mestiza en contra del intento de poblar y controlar territorios por parte de los grupos indígenas. La forma de controlar el territorio es un elemento esencial de la legitimidad de cualquier orden político, ya desde los tiempos en los que Rómulo mató a Remo por haber cruzado un límite sagrado (VIII a. de C.).

Al mismo tiempo, el reclamo sobre un territorio es también un reclamo en relación con la identidad social colectiva, que da origen a los contrastes entre quienes viven en las tierras altas y en las tierras bajas, entre pueblos nómadas y sedentarios, ganaderos y granjeros, clases dominantes y el resto de la población. Aquí entra en juego también el llamado asunto social, que es apenas una de las formas para justificar la inequidad económica y política.

Reafirmar la identidad "india" supone tres problemas sociopolíticos diferentes para gobiernos y gobernaciones que tienen más o menos características étnicas entremezcladas con estructuras marxistas clásicas de dominación socioeconómica:10

Presenta también dilemas específicos a los movimientos revolucionarios locales, porque una cosa es la doctrina clásica marxista-leninista y la práctica de crear frentes sociales y políticos amplios con todos los componentes sociales insatisfechos con la vieja dictadura, y otra reconocer un orden social no comunista, diferente y colectivista que conlleva una forma autonómica de gobierno.

Las guerrillas de vieja data que han recurrido a sistemas económicos criminales para financiarse y sobrevivir, como las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y el ELN (Ejército de Liberación Nacional) en Colombia, consideran a las poblaciones indígenas como blancos para el reclutamiento forzado juvenil, el arrebatamiento de tierras, las requisiciones y retaliaciones en contra de supuestos colaboradores del gobierno (a menudo en forma de castigos colectivos).

De la geopolítica a las políticas geográficas: una salida a viejos dilemas

Los dilemas que enfrentan las élites y gobiernos actuales son trascendentales; desarrollo o ecología; un Estado centralizado, o un Estado cuasi federal; propiedad estatal o bienes comunes; Estado o comunidad(es); políticas públicas o acuerdos regionales - locales; derecho consuetudinario positivo, o una mezcla con reglamentos; competitivi-dad local o balance local.

Si uno desea encontrar un balance entre opciones diferentes y a veces opuestas, debe considerar el enfoque "glocal" que requiere la participación local, pero postula al mismo tiempo una visión global sobre los fundamentos del papel de la política y de las políticas subyacentes.

Las naciones estado en Latinoamérica, como en muchas otras partes del mundo, son fruto de la geopolítica, es decir, la proyección deliberada de un proyecto político sobre un espacio geográfico. Esta proyección es el resultado del uso político del poder fuerte, apoyado mediante el poder blando. Este enfoque ha producido los países como son hoy día en Latinoamérica, pero puede argüirse de manera convincente que no es suficiente para permitirles avanzar hacia el futuro. Veremos que los dilemas mencionados y otros asuntos críticos son sustancialmente los mismos en otros continentes.

El pasaje conceptual que se necesita es un cambio de la geopolítica a lo que llamamos "políticas-geo". Las geopolíticas tienen en cuenta el trascendental cambio de la arena global en el cambio de siglo: profunda crisis de la nación

estado debido a las múltiples fuerzas de la glo-balización y la relocalización; el pasaje de una geometría de poder estática a balances líquidos y centros de balance líquido; la dominación del capitalismo financiero sobre la política y la crisis del capitalismo financiero mismo.12

El elemento distintivo de las geopolíticas es que ponen en el centro de su acción un proyecto de sociedad humana, cuya definición es esencial para la planeación de la política y economía apropiadas. Ideologías diferentes (nunca murieron) pueden ofrecer diferentes soluciones concretas para la organización, estabilidad y desarrollo de una sociedad, pero poner a la sociedad primero significa tratar de superar en primera instancia los problemas usuales de la política dominante (juego de poder, uso de la fuerza, corrupción, indiferencia a necesidades sociales concretas, etc.). Significa también neutralizar los desastres típicos que experimentamos con la geoeconomía.13

Mientras que debe calibrarse el aspecto local del diseño de una geopolítica para cada situación concreta, la visión global, para escapar a los dilemas presentes, debe incluir diferentes elementos de sinergia, a saber:

Red y construcción de nodos significa esencialmente dejar los enfoques piramidal y centralista y los paradigmas organizacionales para abrazar una organización más resilente y flexible del país, que tome lo mejor de diferentes identidades en un estado dentro de una red común.14 Una red, para funcionar, permitiendo diferentes grados de libertad a los diferentes modos, (cuya autonomía, integridad, interdependencia y buen funcionamiento son útiles para la solidez de la red misma), necesita tener principios compartidos y aplicados que le den coherencia a los comportamientos concretos de ciudadanos y legisladores.

Dos de estos principios son esenciales para superar dolorosos legados que transforman la forma en que intereses y diferencias políticas deben abordarse y transformarse: no violencia y Re2Pro. La no violencia es una consecuencia del "desarme de corazones y mentes" indispensable en muchos países latinoamericanos y va de la mano con la responsabilidad no sólo de proteger a los ciudadanos, sino de promover de manera activa su bienestar general, a través de un desarrollo realmente sustentable, no sólo en términos ecológicos sino también en términos sociales.

Lo que significan estos principios generales en términos prácticos contra los dilemas iniciales, pueden resumirse de la siguiente forma:

Reevaluación de proyectos de infraestructura en vista de su utilidad real en una región donde las cadenas de logística cortas son la mayoría; reevaluación integral de proyectos mineros mayores tanto en su impacto ecológico/general como en su rentabilidad; procesos de reconciliación y recontratación vis-à-vis las comunidades indígenas mediante la promulgación de las necesarias reformas agrarias;

Un estado en red que vaya más allá de la vieja estructura federal, permite que las comunidades expresen su potencial en un ambiente de reglas y principios compartidos que facilitan una subsidiari-dad inteligente entre diferentes sistemas judiciales;

Bienes comunes gestionados por una nueva economía de mercado social, donde mercado y economía son la expresión de las necesidades sociales que encuentran una sinergia, con intereses individuales en políticas públicas donde la codecisión entre diferentes actores y ámbitos es útil y necesaria;

Una competitividad global virtuosa porque mercados continentales enteros pueden ser accesibles únicamente mediante la difusión de las nuevas reglas de la economía de mercado social; Las principales diferencias entre el sistema actual y el nuevo serán la reducción del capitalismo financiero enmascarado y abierto, junto con las utilidades adicionales, permitiendo al mismo tiempo el florecimiento de una economía sustentable real.

En conclusión, el asunto indígena es un desafío para los obsoletos paradigmas sociales, políticos y económicos, pero puede utilizarse como un fuerte apalancador de la reforma para el cambio y hacer más competitivo y vivible a todo un país, liberándolo del costo y de la carga de viejos y pesados conflictos y abriendo nuevas sendas sustentables de desarrollo. Los caminos de la reforma deben ser creativos y conceptualmente avanzados, precisamente porque las viejas utopías han probado ser inefectivas, pero los intereses de esta reforma son concretos, como también lo son los efectos de llevarlas a cabo. Sin comunidades indígenas totalmente integradas en un estado en red, las futuras generaciones latinoamericanas perderán una oportunidad histórica y seguirán paralizadas por conflictos que son aún tratables, si electores y gobiernos son lo suficientemente visionarios.


1 Este artículo es el resultado de la Investigación llevada a cabo en el marco de la producción actual de CeMiSS (Centro Militare Studi Strategic). CeMiSS es un centro de investigación del Personal de Defensa General, Ministerio de Defensa Italiano.
2 Ver http://avn.info.ve/node/117629/ la movilización en contra de la base aún continuaba en septiembre de 2002; http://alainet.org/active/55969&lanj=es: http://correiodobrasil.com.br/assange-recebe-passaporte-aborigene-dos-povos-originarios-da-australia/512950/#.UE2hda5Gti8E(20/9/2012).
3 Las cifras se basan en datos recolectados en el año 2000.
4 Mapudungún es el idioma de los Mapuche.
5 El Plan u Operación Cóndor fue la coordinación represiva entre dictaduras militares, llevada a cabo en los setentas y en los ochentas del siglo pasado con la ayuda de la CIA en Argentina. Bolivia. Brasil. Chile. Paraguay. Uruguay, con la participación esporádica de los gobiernos de Colombia. Perú y Venezuela. Las dictaduras en Brasil. Bolivia, Argentina, Chile y Perú, reprimieron de manera expresa a los movimientos indígenas y a las identidades que seguían la doctrina de la seguridad nacional (poblaciones amazónicas. Mapuche. Pacahuara, Walmlrl Atroari, Aché).
6 La Integración de la Infraestructura Regional Suramerlcana (URSA) es un mecanismo institucional que coordina la acción intergubernamental de 12 países sudamericanos con la agenda común de desarrollar proyectos de energía, comunicaciones e Infraestructura de transporte. Se creó luego de una reunión de los presidentes sudamericanos en Brasilia (agosto de 2000) para modernizar la infraestructura regional y ayudar a las regiones subdesarrolladas.
7 Los casos mencionados son expresamente aquellos en los cuales en años recientes no ha habido luchas armadas en relación con la autonomía o la independencia. El autor entiende que la expresión "Estado dentro del Estado", utilizada por el Investigador alemán citado, debe Interpretarse en su sentido político más amplio, pero arguye que, al menos para la definición clásica de Estado o nación Estado, un alto grado de poder coercitivo es una de sus características esenciales. La creación de una Padania independiente en el norte de Italia, o al menos de un estado federal italiano, con un estado norteño grande, ha sido desde 1991 la aspiración principal del partido de la Liga del Norte para la Independencia de la Región del Río Po (Lega Nord per l’lndípendenza della Padania - Lega, o Lega Nord).
8 EFE, 6/10/2012, Morales firma un contrato para reanudar las obras de una ruta resistida por los Indígenas http://www.google.com/hostednews/epa/artlcle/AleqM5jGVB_SOThefXGLdznubmJFVFCAIw?docld=1883859 (11/10/2012).
9 Adaptación propia en blanco y negro de un mapa original en color, interactivo.
10 No todas las democracias son inmunes a estos problemas que constituyen un continuo que abarca desde las necesidades raciales populares/populistas toleradas, hasta las democracias de Herrenvolk reales, donde únicamente las personas superiores, elegidas, disfrutan de una democracia real.
11 Palabras en clave: Hispanidad y Nacionalismo Ladino (raza mezclada de nacionalismo Creole o Mestizo).
12 Balance líquido y centro de balance líquido son términos acuñados por el proyecto Nomos & Khaos de Nomlsma. Un balance líquido es un balance inestable entre el Estado Internacional y los actores no estatales que actualmente son más Inestables que en el pasado. Un centro de balance líquido es un centro de múltiples balances alrededor de una constelación de poder que organiza balances inestables alrededor de sí misma. Ver VVAA (A. Politi ed.). Nomos ci Khaos 2008. Bologna, 2008.
13 La geoeconomía es la proyección deliberada de un proyecto económico sobre un espacio geográfico, con evidentes consecuencias políticas y sociales. Durante la Guerra Fría, la geoeconomía fue un modo de planeación estratégica y acción que seguía las dinámicas económicas en el marco de una lógica política. Esta situación cambió hacia el final de la Guerra Fría preparada por las políticas de desregulación de Ronald Reagan y Margaret Thatcher. Hoy. la geoeconomía es la proyección deliberada de un proyecto económico sobre un espacio geográfico, sin preocuparse realmente por las consecuencias políticas y sociales.
14 El Estado en red no es el gobierno neoliberal reticular que desea disolver al estado en una nube de poderes locales, presa fácil de corporaciones transnaclonales poderosas. El estado en red expresa un gobierno real que es en cambio no centralista, pero que tiene capacidades neurales en una red coherente de autonomías locales.



Bibliografía

1. VVAA (A. Politi ed.), Nomos & Khaos 2008, Bologna, 2008

2. UNICEF Atlas indígenas, 2010

3. CIGA Research Programme: Violence and Security State- Building, War and Violence: Evidence from Latin America. Sabine Kurtenbach, No 181, November 2011.