Artículo

Revista Estudios en Seguridad y Defensa 7(13): 44-50, 2013

Capital y control como fundamento del Estado y su relación con la violencia

JAIRO ERNESTO SÁNCHEZ GALINDO*


*Politólogo e intemacionalista, especializado en teorías y experiencias en resolución de conflictos armados, Magister en Ciencia Política. Trabajó como investigador en la Fundación Cultura Democrática y como asesor en el Comando General de las Fuerzas Armadas, con experiencia docente en filosofia política, teoría del Estado y teoría de relaciones internacionales en diferentes universidades. Correo: sanchezjairo 10@gmail.com


Recibido: 20 de Mayo de 2012
Evaluado: 21 de mayo- 5 junio 2012
Aprobado: 8 de junio 2012


Tipología: Artículo de reflexión resultado de investigación ya terminada.


Palabras clave: Coerción, régimen político, poder.


El artículo presenta una introducción a los elementos conceptuales para el análisis de la relación que existe entre el capital, el control, los tipos de regímenes políticos y la violencia. En una primera parte retoma las discusiones clásicas sobre el ejercicio de la guerra y las condiciones de producción del capital para el desarrollo de la actividad bélica, luego establece algunos elementos sobre el control legal/ilegal de sectores poblacionales con el propósito de la extracción de rentas. A su vez, se comenta sobre la capacidad de los Estados para hacer frente a los captores ilegales de rentas y se establece una correlación sobre la capacidad de control del régimen y la violencia. Finalmente, se establecen algunas conclusiones.


El artículo expone una serie de disquisiciones teóricas de vieja data que enfatizan en la relación tradicional existente entre la coerción y el capital. A esta discusión se añade la reflexión sobre la importancia del régimen y el tipo de coerción que ejerce. El texto es producto de un proceso de investigación realizado por la línea de Procesos de Paz, Conflictos y posconflicto de la Escuela Superior de Guerra. La metodología que se utilizó para su elaboración fue la revisión documental.

En principio, debe señalarse que la estructura económica en el contexto capitalista1 basa sus fuerzas en la correlación existente entre fuerzas productivas2, relaciones de producción3, apropiación de los medios de producción4 y por supuesto, el control que se ejerce sobre estos procesos y relaciones5.

En este sentido, dicho control responde a la racionalidad de la coerción y la acumulación, de lo que se puede derivar la construcción del capital6. El capital es indispensable para hacer la guerra7, pero ¿Para qué hacer la guerra si ya se cuenta con algún capital? una respuesta tentativa a este interrogante permite advertir un proceso alternativo, mediante el cuál se hace la guerra o se ejerce la violencia y al mismo tiempo se construye capital mediante los procesos coercitivos8.

Esta convivencia de procesos paralelos (violen-cia/capitalización)9 es, desde luego, un proceso dinámico que cambia con el orden social10. Una segunda respuesta tentativa llevaría a pensar que mantener un proceso de capitalización exige la permanencia de unos mecanismos de control11, pero estos pueden ser violentos o no, de modo tal que dependiendo de la eficacia de los instrumentos de control será necesaria la violencia como insumo de la capitalización12.

En este sentido, debe entenderse que el capitalismo es ante todo "una relación social"13 y como relación social exige (para su desarrollo y fortalecimiento) unas condiciones de socialización basadas en la dominación14; dicha dominación configura el carácter de la acumulación, es decir, si es violenta, competitiva, cooperativa, coercitiva sin violencia manifiesta, o la suma de todas éstas. La subordinación al capital de los elementos que influyen en el valor de los bienes y servicios como el trabajo y el tiempo, marca el ingreso a la modernidad15 y ello significa, además, que el orden de los procesos de producción esté orientado por unos cuadros burocráticos que ejercen control y procuran controlar las relaciones de producción16.

En consecuencia, las relaciones capitalistas que resultan intrínsecamente competitivas17, aunque también puedan ser predominantemente cooperativas dependiendo del contexto social18, los elementos de dominación y la correlación de fuerzas de los actores, profundizan las inequidades e intensifican las diferencias entre quienes controlan los medios de producción19 y quienes no20, fundando potenciales guerras para competir por el control de recursos21. Una cosa sería hacer la guerra para hacer Estado y otra hacer la guerra para controlar recursos y sólo como una consecuencia no premeditada del control de recursos, generar una especie de para-estado22 que de manera paulatina pudiera configurarse como Estado, como en efecto sucedió en buena parte de los países de Europa23.

Teniendo en cuenta estos planteamientos iniciales, es necesario explorar cómo la construcción de mecanismos de control, poder y violencia por parte de grupos ilegales24, para competir económicamente bajo la racionalidad capitalista25, está fundamentada en la apropiación de los mercados locales, pero dichos mercados no son el único origen de las luchas por el poder26. El origen de las guerras es multicausal27, sin embargo, su mantenimiento requiere necesariamente una gran fuente de financiación. Sin dinero no hay guerra, pero con dinero hay guerra porque hay poder y el poder genera la capacidad de matar28.

En este sentido, la motivación usual que encuentran los captores de rentas locales29 para ejercer una especie de soberanía paraestatal son ampliamente conocidas: ausencia del Estado, debilidad del Estado, fortaleza de los cuadros estatales pero altamente penetrables por la influencia de la ilegalidad y oportunidades estratégicas para desarrollar un tipo de negocio, generalmente ilegal30.

Asimismo, la apropiación de rentas locales mediante la creación y reproducción de negocios ilícitos31, la captación de recursos legales del Estado o mediante pillaje y bandolerismo, están al servicio de la consolidación del poder en virtud de la adhesión de la población32, pero en principio, se trata de la consolidación del poder para lograr manejar un negocio con autonomía, no del poder extensivo de apersonarse de las demandas sociales de una población, en un territorio determinado para darles una respuesta33. Este tipo de control extensivo aparece como consecuencia del objetivo primordial que es el control y la autonomía de las bases financieras que permitan la acumulación capitalista.

En este orden de ideas, el control de rentas, cualquiera que sea su origen, exige entonces una estructura armada de protección de los instrumentos de producción, de las relaciones de producción (en regiones en las que los grupos armados generan captaciones de rentas34) y de sostenimiento de las operaciones que permiten la generación de ingresos35. De este modo, se consolidan relaciones sociales dominadas por los captores de rentas y solo como efecto de estos propósitos se puede hablar de la construcción de un para-estado informal e ilegal, con reglas aplicadas por el derecho que otorga la fuerza, cuya esencia reside en el poder económico sostenido por las redes sociales que ese poder económico consolidado ayuda a perpetuar36.

Lo anterior hace referencia a los incentivos económicos individuales y colectivos que se ofrecen por la militancia o colaboración con este tipo de organizaciones37. Estos incentivos pueden estar manejados directamente por la tutela política38 o pueden estar controlados desde la ilegalidad como sucede en Colombia39.

Ahora bien, si la extracción de rentas es la motivación central para los grupos ilegales e incluso para agentes y agencias de algunos Estados (Rusia, México)40 de perpetuar la convivencia de poderes al margen de la ley, es necesario preguntarse ¿qué genera más violencia? La tendencia a la centralización o a la descentralización del poder41.

Desde luego, sería necesario llevar a cabo un estudio de gran envergadura para tratar de responder este interrogante, sin embargo, intuitivamente, pueden identificarse algunas correlaciones relevantes. En primera instancia, los Estados en los que persiste un control burocrático fortalecido y cuyos agentes tienen la capacidad de controlar la producción y rentas ilegales como en Rusia y México42 observan una menor tasa de violencia promedio que la que observan países como Somalia o Sierra Leona, en los que la capacidad de control Estatal tanto en el centro como en la periferia es mínimo43. Incluso en países como Colombia, cuya capacidad burocrática es capaz de controlar el centro y con dificultad las regiones, resulta mayor la tendencia a la violencia y la inestabilidad del gobierno44.

De hecho, en Rusia y México hay un enfrentamiento contra el crimen organizado, en los otros países anotados se viven guerras civiles45 o mejor aún, conflictos armados no internacionales46 de mayor envergadura, duración y nefastas secuelas. Sin embargo, en los últimos 5 años ha habido un incremento de la violencia no sólo en México sino también en Centroamérica, debido a la proliferación de armas en el mercado negro, la debilidad institucional y el narcotráfico, principalmente47.

Asimismo, debe señalarse que sin ser México un paradigma de la democracia, tiene la capacidad de contener la violencia de mejor modo, apropiándose parcialmente de las relaciones, formas e instrumentos de producción ilegales48. En los países en los que el control de dichos factores es difuso, la proclividad a la violencia resulta mayor, puesto que al no haber o ser claramente transgredidos el conjunto de reglas que protegen al individuo contra los abusos del poder, al no institucionalizarse vías de solución a problemas fundamentales, al no haber libertades democráticas49, las estructuras sociales encontrarán el modo informal de hacer justicia, hacer Estado, hacer negocios y hacer reglas cuya confiabilidad, respeto y cumplimiento dependan más de la fuerza de la coerción que del derecho en el imperio de la ley50.

De modo que, a menor control estatal sobre la actividad ilegal (actividad económica, política, social) mayores niveles de violencia. Sin embargo, siguiendo a Rummel51, no se trata de cualquier tipo de control central sino un control central democrático, puesto que la concentración de poder en un régimen no democrático llevaría a excesos de poder que se traducirían en violencia política52.

En virtud de ello se puede observar el siguiente cuadro que grafica las interrelaciones probables:

1.1

El cuadro 1.153 muestra la correlación entre el tipo de pensamiento dominante, las maneras como se solucionan los conflictos y la naturaleza de la legitimidad. Se muestra que a mayor poder de coerción, mayor será la tendencia a ejercer violencia de Estado y represión política.

Ahora, obsérvese el cuadro 1.2:

1.2

Se observa un contraste con el cuadro anterior puesto que acá el Estado fuerte con mayor capacidad burocrática y de coerción es capaz de reducir con mayor eficiencia la violencia. Esto se explica gracias a que aquí el poder burocrático convive con la ilegalidad, creando mecanismos informales de solución de afrentas en las que el Estado tiene un control importante. El anterior cuadro se fundamenta en estudios sobre el abuso del poder por parte del Estado, no en relación con la convivencia con la ilegalidad sino en relación con la contención de las expresiones diferentes a la opinión del régimen.

Por tanto, un régimen capaz de asociarse con la ilegalidad, controlándola desde adentro es capaz de reducir la violencia, pero esto también depende de cómo se comporte el Estado frente a los diversos sectores sociales: apertura democrática, protección de libertades y derechos, definiciones de derechos de propiedad, etc.

En este sentido, es necesario saber si un régimen íntimamente ligado con los procesos económicos y coercitivos de la ilegalidad puede proporcionar a los sectores civiles legales los derechos anteriormente enunciados. Lo cierto es que esta circunstancia genera una inequitativa competencia capitalista, privilegiando unas prácticas ilegales sobre otras legales. En este contexto, la racionalidad capitalista hace que los actores busquen la disminución del riesgo y la maximización del ingreso, si esto puede darse dentro o fuera de la legalidad es indiferente, los impulsores de procesos capitalistas buscarán el modo de adaptarse a las circunstancias, ya sean estas legales o ilegales.

A su vez, debe considerarse que la construcción del Estado no depende tanto del control de estas economías sino de las relaciones que se forman para y por ellas. Desde luego, determinadas formas de producción encuentran un espacio vital en donde hay problemas de formación de Estado, pero ellas en sí mismas no forman Estado aunque en ocasiones hagan las veces de Estado gracias a las relaciones sociales derivadas de su puesta en marcha.

En conclusión, puede decirse que es notable que un régimen político que tenga un control de sus medios y relaciones de producción en un contexto democrático, tiende a generar atmósferas menos violentas que cualquier otro tipo de régimen. Del mismo modo, debe señalarse que el control de rentas y los modos de producción del capital, son elementos que tienen una gran influencia sobre la capacidad coercitiva del Estado (capacidad de control de los centros y las periferias) y a su vez, sobre la naturaleza violenta. En consecuencia, las variables capital, control, tipo de régimen, ilegalidad y violencia deben ser profundamente estudiadas en sus complejas interacciones, porque esto ofrecería nuevas perspectivas de análisis sobre la gobernabilidad y la viabilidad de los Estados en condiciones adversas.


1 La Descripción que hace Marx de la sociedad burguesa moderna y de su entorno de la lógica del capital y la construcción de escenarios propicios para la producción tiene la Impronta de una relación entre el capital cultural (Modernidad) y capital material, que dadas las relaciones de dominación genera un movimiento que hace de lo sólido algo realmente etéreo. "Todo lo sólido se desvanece en el aire" BERMAN. Marshall "Marx, el modernismo y la modernización" En: Todo lo solidóse desvanece en el aire: la experiencia de la modernidad. México: siglo XXI Editores, 1988. Pág 81 a 83. Esta es la perspectiva del capitalismo que se tendrá en cuenta en este documento.
2 Se entenderá por fuerzas productivas lo siguiente "Las relaciones sociales están íntimamente vinculadas a las fuerzas productivas. Con la adquisición de nuevas fuerzas productivas, los hombres cambian su modo de producción y con el cambio del modo de producción, de la manera de ganarse la vida, cambian todas sus relaciones sociales.,. Los mismos hombres que establecen las relaciones sociales en consonancia con su producción material, producen también los principios, las ideas, las categorías, en consonancia con sus relaciones sociales." MARX, Karl. La miseria de la filosofía. Editorial EDAF. Vol 1. Madrid. 2004.
3 Las que se establecen entre aquellas personas que de una u otra forma participan en el proceso productivo y los medios de producción. Se distinguen las relaciones técnicas de producción (que se refieren al control o no control) de las relaciones sociales de producción (que Implican propiedad o no propiedad sobre los medios) Es decir, las relaciones económicas de cada época. ENGELS. Federico y MARX, KARL. El manifiesto comunista. [En línea] Disponible en: http://teketen.com/liburutegia/Maniflesto_comunista-Marx_Engles.pdf [Citado el 29 de mayo de 2011]
4 Una apropiación por parte de la clase burguesa. Ibid. Pág 4.
5SAYER, Derek en “Capitalismo y modernidad, una lectura de Marx y Weber" Págs 158 a 161.
6 Ibid Pág 47. Sayer ubica los orígenes del capital en la violencia y no en el ahorro. Considero que es una posición radical en tanto la violencia puede permitir ahorrar y a su vez ahorrar puede permitir ejercer la violencia. Las guerras se financian con grandes recursos, siempre resultan relativamente costosas.
7 MONDRAGÓN, Héctor. Acumulación mediante la guerra. [En línea] Disponible en: http://www.deslinde.org.co/IMG/pdf/10_Acumulacion.pdf [Citado el 26 de mayo de 2011]
8 TILLY. Charles. War Making and state making as organized crime. From Bringing the State Back in Edited By Evans, Peter. Rueschemeyer, Dietrich and Skocpol Theda . Cambrige University. 1985.
9 TILLY. Charles. The Politics of collective violence. Columbia University. Cambrige University Press. United Kingdom. 2003. Pâg 25.
10 GINNER. Jesús. Conflicto social. [En línea] Disponible en: http://www.ucm.eS/info/eurotheo/dlccionarlo/C/conficto_social_teorias.pdf [Citado el 26 de mayo de 2011]
11 Op. cit TILLY. War Making and state making as organized crime.
12 Ibid.
13 Op. cit. Sayer. Pág 50.
14 MARX. Carlos. 1974. "El Capital". Fondo de Cultura Económica. México. Original en alemán: Das Kapital (1867-1894).
15 Idíd Pág 56.
16 WEBER. Max. El político y el científico. Aitaya. Barcelona. 1995.
17 "La competencia no es más que la naturaleza intrínseca*/interna del capital, su carácter esencial, que aparece y se realiza como interacción recíproca de muchos capitales" WEEKS, John. Competencia y monopolio. [En línea] Disponible en: http://jweeks.org/Competencla%20y%20monopollo.pdf [Citado el 26 de mayo de 2011]
18 RAND, Ayn. ¿Qué es el capitalismo? [En línea] Disponible en: http://www.consumidoreslibres.org/que_es_el_capltalismo.pdf Pág 73[citado el 26 de mayo de 2011]
19 Las clases burguesas acomodadas.
20 Las clases proletarias y lo que llamaría Zygmun Bauman, los desechos humanos que produce el capitalismo evidenciado en la hordas de refugiados. Los apatridas. BAUMAN. Zygmun. Tiempos líquidos: vivir en una época de incertidumbre. Tusquets Editores. 1a Edición. Buenos Aires. 2009. Pág 57.
21 Mercurio. El Estado en Crisis: Crimen Organizado y política. Desafíos para la consolidación democrática [En línea] Disponible en: http://www.securltytransformation.org/images/documentos/344_estado_crisis_crimen-orgypolit.pdf Pág 15. [Citado el 26 de mayo de 2011]
22 Ibíd.
23 ELIAS, Norbert. El proceso de la civilización. Investigaciones sociogenétlcas y pslcogenéticas. Fondo de la Cultura Económica. 3a referencia. Buenos Aires. 1996. Págs 229 a 242.
24 SIDELT. Jhon. Bossism in the Philippines: Capital, coerción, and crime. Stand University Press. California. 1999. Pág 5 y 9.
25 Op. Cit. SAYER. Derek. Capitalismo y modernidad. Una lectura de Marx y Weber.
26 Tradicionalmente, en la historia de las sociedades, factores como la esclavitud y el control poblaclonal han generado rendimientos económicos que se constituyen como fuentes de la lucha por el poder. Ver el caso particular de la guerra civil Norteamericana. MOORE. Barrington. Social origins of DIctatorzhlp and Democracy: lord and Peasant in making of the Modem World. Beacon Press
27 ZULUAGA. Jaime. Conflicto y vida social. En: Comunidad, conflicto y conciliación con equidad. PNR. PNUD. Bogotá. 1994.
28 Op. cit. Rummel "Power Kills".
29 Se hace referencia a Warlords, mercenarios y mafias que controlan geográfica y soclalmente los territorios para captar rentas. Ver SORENSEN. Georg. War and State making. Why doesn "t It work in third world? En: security dialogue 32:3 págs 341 -354.
30 Ver por ejemplo en ThoumI Francisco "El imperio de la droga" las impresionantes ventajas competitivas que tenían los actores al margen de la ley para cultivar, producir, transportar, almacenar, exportar y reinvertir en el negocio del tráfico de cocaína. Las ventajas geográficas, la dificultad de las autoridades para controlar los cultivos, las redes sociales que se construyeron en torno al narcotráfico basadas en ausencia de oportunidades y una cultura del "dinero fácil" confluyeron en el control de una economía local que permitió Implantar sistemas legales alternativos e informales. Aquí se ve cómo el poder financiero permite hacer una guerra pero esa guerra está al servicio del control del negocio, sólo como consecuencia de esa motivación racional capitalista se generaron formas paraestatales de convivencia.
31 RAMIREZ. William. Autodefensa y poder local. En RANGEL. Alfredo (Editor) El poder Paramilitar. Planeta. Colombia. 2005. Págs 170. 171 y 172.
32 GONZÁLEZ. Fernán. BOLíVAR, Ingrid. VáZQUEZ. Teófilo. Violencia política en Colombia: de la fragmentación a la construcción del Estado. Cinep. 4 Edición. Bogotá. 2006. Págs 72. 23 y 74.
33 Ibíd.
34 PNUD. El conflicto callejón sin salida. Informe Nacional de Desarrollo Humano. Capítulo II: expansión de la guerra en las reglones. PNUD. Bogotá. 1999. Págs 72 y 73.
35 SIDEL. John. Bosslsm In the Philippines: capital, coercion, and crime. Stanford University Press. 1999.
36 RICHANI. Nazlh. Sistemas de Guerra, la Economía política del conflicto en Colombia. lEPRI. Bogotá. 2003.
37 KALMANOVITZ. Salomón. Tierra, conflicto y debilidad del Estado en Colombia. [En línea] Disponible en: http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/co/sk-paz.htm [Citado el 20 de mayo de 2011]
38 Ver el caso de México en Resa Carlos "El Estado como maxlmlzador de rentas del crimen organizado: El caso del trafico de drogas en México".
39 Ibíd PNUD.
40 Ver el caso mexicano enunciado anteriormente y ver el caso Ruso en Varese Federico. The transition to the market and corruption in Post-socialist Russia. Political Studies. 1997.
41 ORJUELA. Luis Javier. La descentralización en Colombia: paradigma para la eficiencia y la legitimidad del Estado. En DOUCAS. John, et. AL, Los caminos de la descentralización. Diversidad y retos de la transformación municipal. Universidad de los Andes. Bogota. 1992. 42 Op, Cit. Resa. Carlos.
43 Ibid.
44 Op. Cit. PNUD.
45 Entendiendo la aproximación que hace Posada Carbó al término concluyendo que es un término pollsémlco y ambiguo que ha caído en desuso. POSADA Carbó. Eduardo. ¿Guerra civil? El lenguaje del conflicto en Colombia. Ideas para la Paz. Alfaomega. Bogotá. 2001. Pág 11.
46 Como se entiende en el artículo III común a los 4 convenios de Ginebra. CICR Normas Fundamentales de los convenios de Ginebra y sus protocolos adicionales. [En línea] Disponible en: http://www.juridlcas.unam.mx/publica/librev/rev/derhum/cont/49/pr/pr25.pdf [Citado el 29 de mayo de 2011 j Pág 31.
47 Banco Mundial. Departamentos de Desarrollo Sostenible y Reducción de la Pobreza y Gestión Económica Reglón de América Latina y el Caribe. Crimen y Violencia en Centroamérica un desafío para el desarrollo. [En línea] Disponible en: http://siteresources.worldbank.org/INTLAC/Resources/FINAL_VOLUME_1SPANISH_CrimeAndViolence.pdf [Citado el 26 de mayo de 2011]
48 Op. cit. Resa. Carlos.
49 Son los elementos fundamentales tomados por Rummell 1997, que moldean el comportamiento de sociedades modernas cuyas estructuras al tender a la democracia moldean la configuración de un desarrollo no violento de las disputas sociales y de la competencia capitalista convi Hiendo la racionalidad capitalista en una racionalidad cooperativa. La disputa por los recursos entonces estará a cargo de un centro de producción de reglas que es el Estado legítimo y las prácticas económicas tendrán oportunidad de crecimiento y desarrollo limpio en ese contexto.
50 La manera como se decide en derecho, el origen de las leyes y la racionalidad de su aplicación son factores fundamentales del proceso de justicia. DWORKING. Ronald. El Imperio de la justicia. De la teoría general del derecho, de las decisiones e Interpretaciones de los jueces y de la Integridad política y legal como clave de la teoría práctica. Gedlsa editores. Barcelona. 1992. Págs 16 y 17.
51 Rudolph J. Rummel es Ph.D. en Ciencia Política (Universidad de Northwestern, 1963). Imparte clase en la Universidad de Indiana (1963), la Universidad de Yale (1964-1966). Universidad de Hawai (1966-1995). ahora profesor emérito de Ciencias Políticas de la Universidad de Hawai. Recibió numerosas donaciones de la NSF. ARPA, y los Estados Unidos Peace Research Institute. Frecuentemente nominado para el Premio Nobel de la Paz.
52 BARRETO. Idaly. Violencia Política: algunas consideraciones desde la psicología social. Revista Dlversltas- Perspectivas en psicología Vol 3. # 1.2007 [En Línea] Disponible en: http://www.usta.edu.co/otras_pag/revistas/diversitas/doc_pdf/diversitas_5/vol.3no.1/articulo_7.pdf [Citado el 29 de mayo de 2011]
53 Es una matriz de relaciones que desarrolla Rummell. a partir de diversos estudios que comprueban la eficacia de la democracia como régimen que disminuye la violencia. Op. cit. Rummell.



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