Revista Estudios en Seguridad y Defensa 11(21): 2-4, 2016

Editorial


Circula nuevamente un número de la revista Seguridad y Defensa, órgano del CEESEDEN, cuyo contenido provoca reflexiones sobre las posibilidades que trae para Colombia la oportunidad de una superación de las violencias sucesivas que la han azotado durante los últimos setenta años, la última de las cuales, bajo la forma de un conflicto interno, ideológico y revolucionario, ya llega a los cincuenta y dos años de permanencia. Ese contenido provocador, en el mejor sentido de la palabra, se expresa en artículos referidos tanto a los condicionamientos de una geopolítica que se desprenden de la conformación de un espacio intemo y de su proyección regional, como a los que estudian problemas relacionados con el entorno inmediato, el mar Caribe, y los asuntos relacionados con el papel regional en la gobernanza global.

El contenido evoca, cuando trata de la integración nacional y regional, el difícil transcurso de la conformación social y política del territorio nacional colombiano. Durante los primeros siglos de la existencia histórica de lo que vendría a ser la Nueva Granada, el privilegio de la ocupación humana del territorio lo tuvo el área andina. La población más integrada y comunicada se asentó en el cordón de la cordillera oriental que va desde el centro país hasta Venezuela, y en los núcleos relativamente aislados del área caribe, del sur caucano y del noroeste antioqueño. Esa primera conformación, todavía visible en la actualidad, hubo de esperar hasta el siglo XIX para ver el nacimiento de la ocupación de las vertientes cordilleranas. La colonización antioqueña en marcha hacia el sur de sus asentamientos tradicionales, es la epopeya de la civilización cafetera, expresión más notoria de las culturas de vertiente.

Hasta el siglo XX, y sobre todo en su segunda mitad, no se desplegó la movilización intensa de población hacia las áreas bajas, las de tierras cálidas de los valles interandinos, de la Orinoquia y de la Amazonia. Este último movimiento tiene una relación muy intensa con los mismos procesos económicos y de violencia que aceleraron la transformación de la morfología social de Colombia, y en ese sentido, es parte de un proceso que incluye modernización, urbanización, colonización de la frontera agrícola y violencia.

Es muy clara la relación entre ocupación del territorio y proyección internacional. Las primeras fases de la conformación nacional implicaron una proyección al Atlántico. El río Magdalena fue el eje de la articulación sociopolítica del país. Por sus aguas se comunicó el interior andino con el Caribe y con el resto del mundo.

La orientación fue hacia Europa y Norteamérica. El Pacífico fue marginal y sólo ahora se repiensa su papel en la proyección de Colombia hacia la región y el mundo.

Se trae a cuento la evolución histórica porque un artículo se centra en la integración nacional y estudia el caso de la región amazónica. Otro pone el conflicto amazónico de 1932-1933 como trasfondo de políticas que estimularon el desarrollo industrial colombiano y otro se ocupa de una geopolítica de Colombia desde sus regiones naturales. La posibilidad de una pacificación de la sociedad, obliga a pensar en el estímulo que significaría esa situación para una mejor integración del territorio.

Se abre para la nación una ventana de oportunidad. ¿Cuántas obras no se pudieron ejecutar en los territorios alejados por causa del conflicto armado? ¿Cuánto ha incidido ese mismo conflicto en el déficit institucional de grandes territorios ya poblados pero abandonados? ¿Cuánto le deben las economías ilegales a esa imposibilidad de integrar totalmente la nación colombiana?

Las preguntas anteriores resumen la magnitud de la tarea futura. Otros artículos, aunque se refieran a temas distintos no dejan de interesar para la reflexión general. La logística de las operaciones navales es un tema importante para un Estado que debe asumir una proyección más clara en sus áreas marinas amenazadas en el Caribe, y para el problema del control fluvial en las áreas continentales de la Orinoquia, la Amazonia y el zócalo continental del Pacífico. Linalmente, tratar los asuntos de la gobernanza global y la presencia regional en las instituciones del sistema internacional, llama la atención sobre la necesidad de hacer una proyección nacional más coherente y eficaz en el plano internacional para, entre otras cosas, defender los espacios colombianos en tierra, mar y aire.

El CEESEDEN aspira a una estimulación de la reflexión sobre el destino futuro de Colombia. A la globalización debe llegarse con solidez nacional. Para negociar mejor la inserción en el conjunto mundial es necesaria la cohesión interna. La oportunidad para mejorarla está servida.