Artículo

Revista Estudios en Seguridad y Defensa 6(12): 58-63, 2011

La Victoria: un modelo teórico entre lo militar y lo político*

JULIÁN ANDRÉS VARGAS CARDONA**


* El presente documento se desarrolló como uno de los resultados del proyecto de investigación “Causas de la Guerra y Condicionantes de la Victoria”, adelantado en el Centro de Estudios Estratégicos sobre Seguridad y Defensa Nacionales (CEESEDEN). El propósito del proyecto fue realizar un aporte al debate teórico sobre la naturaleza de la guerra, haciendo énfasis en su génesis y en su culminación. En este artículo se desarrolló la segunda parte de la investigación, centrada en los condicionantes de la victoria, de ahí que su propósito principal fue establecer un modelo teórico sobre la infl uencia de los factores políticos como determinantes superiores de la victoria, en relación con los factores estrictamente militares.
** Politólogo de la Universidad Nacional de Colombia. Magister en Seguridad y Defensa Nacionales de la Escuela Superior de Guerra. Jefe de la Línea de Investigación en Geopolítica, Estrategia y Seguridad Hemisférica del Centro de Estudios Estratégicos sobre Seguridad y Defensa Nacionales -CEESEDEN - ESDEGUE. Correo: vargasj@esdegue.mil.co


Recibido: 30 de octubre de 2011
Evaluado: 1-15 de noviembre de 2011
Aprobado: 20 de noviembre de 2011


Tipología: Artículo de reflexión resultado de investigación ya terminada.


Palabras Claves: Guerra, Paz, Negociación, Derrota, Victoria.


El presente documento estudia, desde una perspectiva teórica y abstracta, los factores militares y políticos que condicionan la victoria y la derrota al final de una confrontación armada. En principio, la victoria militar establece una relación inversamente proporcional entre el grado de desarme del oponente y su voluntad de lucha; sin embargo, factores políticos como el apoyo popular, la legitimidad internacional, la ambición de los líderes y la relación costo-beneficio de la guerra, pueden conllevar a situaciones en las que el vencedor militar resulte políticamente derrotado y, por antonomasia, el derrotado militar resulte políticamente victorioso. Por esta razón, se considera que los factores políticos son más determinantes que los factores militares al momento de establecer el grado de victoria y derrota al final de la guerra.

De ahí que la tesis principal del ensayo sea: los factores políticos son más importantes que los factores militares para establecer el grado de victoria y derrota en un conflicto armado, ya que los factores políticos pueden modificar la relación inversamente proporcional entre el grado de desarme y la voluntad de lucha del enemigo establecida en un modelo estrictamente militar.

Comprender la influencia de los factores políticos como determinantes superiores de la victoria, es un requisito fundamental en cualquier tipo de guerra, excepto en aquellas que se dominan totales. En las guerras de carácter asimétrico los factores políticos suelen cobrar un mayor grado de relevancia, debido a que allí la victoria reside particularmente en la legitimidad entre la población.

Metodológicamente, el documento es de carácter cualitativo, descriptivo, documental y deductivo. En primera instancia, es cualitativo debido a que no se emplearon variables numéricas para establecer mediciones sobre el fenómeno estudiado, lo que es propio de la metodología cuantitativa. En consecuencia, se partió de una descripción de los factores políticos y militares de la victoria que se encuentran en la escasa literatura disponible para, posteriormente deducir un modelo teórico sobre la relación entre los dos factores en un plano cartesiano.

Para sostener todo lo anterior, el texto se estructura de la siguiente manera. Primero, se establece un modelo de victoria en el que los medios son militares si tienden hacia el desarme total o son políticos si tienden hacia la negociación. Segundo, se presenta un modelo de victoria estrictamente militar, en el que la voluntad de lucha del oponente es inversamente proporcional a su grado de desarme. Y tercero, se muestran tres modelos de victoria política, en los que se evidencia la forma en la que los factores políticos influyen decisivamente sobre los factores estrictamente militares. Por último, se presentan las conclusiones.

1. El Modelo de Victoria

Para el modelo teórico de victoria, la guerra se entenderá como una confrontación entre dos poderes relativos: sí los bandos están de acuerdo con su poder relativo, esta prueba (la guerra) es innecesaria; pero si están en desacuerdo, un combate en armas puede ofrecer la única manera de persuadir al lado más débil de que lo es y que, por lo tanto, debe conceder1.

En este sentido, una victoria implica: el final de la guerra y la existencia de un vencedor y un derrotado2. El final de una guerra se presenta en el momento en que se firman los términos de la paz y, por lo tanto, existe un cese definitivo de las hostilidades. La problemática reside en cómo determinar qué tan victorioso es en realidad el vencedor, y qué tan derrotado se encuentra en realidad el vencido; ya que de ello depende quién será el que impone los términos de la paz y los mecanismos para mantenerla.

En una confrontación militar, es lógico pensar que el victorioso debe ser definido por estrictos medios militares, es decir, por el uso inteligente de la fuerza. De ahí que la intención de la guerra sea, como ya lo expresó Clausewitz, doblegar la voluntad de lucha del enemigo, y para ello es necesario desarmarlo3. La forma de lograrlo es mediante el uso de la fuerza militar durante una confrontación armada, al final de la cual se pueden presentar dos escenarios extremos:

Primer Escenario: existe un desarme total del oponente, es decir, se produce su destrucción armada. No existen términos de la paz porque no existe con quien firmarlos y ponerlos en práctica. Es la máxima muestra de una victoria lograda por estrictos medios militares, en donde el factor político es igual a cero.

De forma similar, en el rango de escenarios más cercano al desarme total se presenta una rendición incondicional, caso en el que el victorioso podrá imponer la totalidad de los términos de la paz, sin que se extinga por completo la capacidad armada del oponente.

Segundo Escenario: existe un perfecto equilibrio de poder porque los bandos cuentan con las mismas fuerzas y capacidades estratégicas. No existe un victorioso y, por lo tanto, los términos de la paz son equitativos, igualitarios y expresan el mantenimiento de un status quo. Es la máxima muestra de la negociación política para zanjar las diferencias, debido a que el factor militar se encuentra anulado, en tanto se enfrentan dos fuerzas con iguales capacidades.

Escenarios Intermedios: entre los dos escenarios extremos, existe una serie de rangos intermedios en donde se presenta una victoria/ derrota parcial, lo que implica que el vencedor no puede imponer todos los términos de la paz y que, por lo tanto, tendrá que ceder en mayor o menor medida ante las pretensiones políticas del enemigo.

Si el escenario tiende hacia el desarme total, la victoria será definida principalmente por medios militares en vez de políticos; será más probable una rendición incondicional del oponente, razón por la que el victorioso podrá imponer más términos de paz favorables para él; y contará con mayor capacidad y mejores mecanismos para mantener la paz, ya que el derrotado no tendrá capacidad militar para retarla.

Si por el contrario, el escenario tiende hacia el equilibrio perfecto de poder, la victoria será definida principalmente por medios políticos en vez de militares; la rendición del oponente será menos probable, razón por la que será necesario un proceso de negociaciones en donde el victorioso tendrá que ceder más términos de paz ante el enemigo y contará con menos capacidades y mecanismos para mantener la paz, ya que el oponente se encontrará relativamente fuerte para retar los términos adversos, lo que hace que dicha paz sea frágil y el retorno de la guerra más probable.

2. Modelo Militar

En este orden de ideas, la victoria militar se puede lograr por dos vías: 1) por medio del desarme total del oponente, es decir, la destrucción total de sus capacidades militares, lo que conlleva a que su voluntad de mantener la guerra sea igual a cero debido a que se encuentra completamente desarmado; y 2) por medio de la destrucción parcial del oponente, lo que implica el debilitamiento progresivo de su capacidad militar (grado de desarme), para así doblegar su voluntad de lucha hasta la rendición incondicional5.

Los factores de los que depende el grado de desarme del oponente, y por lo tanto su voluntad para continuar la guerra, son: 1) número de hombres dados de baja, capacidad de reclutamiento y número total de hombres en las filas; 2) capacidad económica y flujo financiero; 3) capacidad de adquirir armamento y municiones, ya sea por medio de compras o de desarrollo científico tecnológico; 4) capacidades estratégicas, operativas, tácticas y logísticas; y 5) territorio, población y recursos naturales estratégicos controlados.

Como se observa, el asunto clave para determinar una victoria militar recae en establecer qué tan desarmado se encuentra el oponente, ya que su voluntad de mantener la guerra se considera inversamente proporcional al grado de desarme en el que se encuentre, es decir: entre más desarmado se encuentre el oponente menor será su voluntad de seguir la guerra, pero si el oponente se encuentra poco desarmado su voluntad de mantener la guerra será mayor:

3. Modelo Político

En el modelo de victoria militar, la voluntad de continuar en la guerra depende exclusivamente de factores militares, es decir, del grado de desarme del oponente; sin embargo, la voluntad de lucha también depende de factores políticos que afectan a todos los bandos, tales como: 1) la legitimidad y el apoyo de la población; 2) la legitimidad y el apoyo del contexto internacional; 3) la ambición de los líderes; y 4) la relación costo beneficio de la guerra.

Estos factores políticos modifican la relación inversamente proporcional entre el grado de desarme y la voluntad de lucha, razón por la que se pueden presentar tres situaciones: 1) en la que la voluntad de lucha se reduce rápidamente sin mayores incrementos en el grado de desarme; 2) en la que el grado de desarme no tiene mayor influencia sobre la voluntad de continuar en guerra; y 3) en la que entre mayor sea el grado de desarme, mayor será la voluntad de mantener la resistencia.

Situación 1: Cuando un oponente pierde rápidamente el apoyo popular y la legitimidad internacional, y/o sus líderes pierden ambición debido a la relación costo beneficio de la guerra, entonces su voluntad de lucha decae rápidamente sin la necesidad de infligir un amplio desarme.

Situación 2: Cuando un oponente logra mantener estables los factores políticos de la victoria, principalmente la ambición de los líderes y el apoyo popular e internacional, entonces el grado de desarme no impactará en gran medida en su voluntad de lucha, ya que se encuentra en una situación en la que es probable una victoria política a pesar de una inminente derrota militar8.

Situación 3: Cuando un oponente considera que el orgullo es un componente fundamental, y si sus líderes son ambiciosos y cuentan con el respaldo popular, entonces es posible que la voluntad de resistir se incremente con cada derrota militar. En este sentido, es posible que dicha posición conlleve al desarme total, debido a que el oponente lo preferirá antes que aceptar los términos de la paz del enemigo. Esta situación es propia de las guerras totales, en donde la supervivencia está de por medio9.

Debido a que los factores políticos impactan directamente sobre los factores militares que determinan la voluntad de lucha, se presentan situaciones en las que el vencedor militar puede resultar políticamente derrotado, y por antonomasia, el derrotado militar puede resultar políticamente victorioso. De lo anterior surge un silogismo: si los factores políticos pueden modificar la relación establecida entre el grado de desarme y la voluntad de lucha en el modelo militar, entonces, los factores políticos son más importantes que los factores militares para determinar qué tan victorioso es el vencedor y qué tan derrotado se encuentra el vencido.

Una vez se tiene en cuenta en qué proporción los factores políticos afectan la relación entre el grado de desarme y la voluntad de lucha, es posible entender en qué proporción los términos de la paz son definidos por cada parte, ya que el victorioso establece los términos a su conveniencia solo hasta donde su poder, en comparación con el poder del enemigo derrotado, se lo permita.

Si el victorioso impone términos de paz que exceden los límites de la voluntad de rendición o de negociación del derrotado, entonces la voluntad de lucha renacerá alimentada con argumentos de venganza, lo que provocará que una vez más los mecanismos para mantener la paz sean retados11.

De ahí que surja la pregunta: ¿Qué tanto se le debe imponer y qué tanto se debe ceder ante el derrotado?

Conclusiones

Si la victoria dependiese exclusivamente de factores militares, entonces la relación entre desarme y voluntad de lucha es inversamente proporcional. Pero si se incluyen los factores políticos, esta relación se modifica positiva o negativamente.

Los factores políticos tienen una influencia superior en los factores militares en la relación entre desarme y voluntad de lucha.

La voluntad de lucha en el modelo político, establece el grado de victoria/derrota, y de ahí se derivan los términos finales de la guerra y los de la paz.

Los términos de la paz son un reflejo del grado de desarme del enemigo y la tenacidad de la negociación según las condiciones políticas.


1 VAN EVERA, Stephen. Causes of War: power and roots of conflict. Cornell University Press, New York. Pags. 14 y 15.
2 DOLAN, Thomas. Declaring Victory and Admiting Defeat. The Ohio State University Press, 2009. Pag. 24 y SS.
3 “La fuerza, es decir, la fuerza física (porque no existe una fuerza moral fuera de los conceptos de ley y de Estado) constituye así el medio; imponer nuestra voluntad al enemigo es el objetivo. Para estar seguros de alcanzar este objetivo tenemos que desarmar al enemigo, y este desarme constituye, por definición, el propósito específico de la acción militar: reemplaza al objetivo y en cierto sentido prescinde de él como si no formara parte de la propia guerra.” CLAUSEWITZ, Carl Von. De la Guerra (Versión íntegra). Editorial La Esfera de los Libros, 2005. Pág. 34 y SS.
4 Elaboración propia. En el presente ‘Modelo General de Victoria', existen dos bandos. Si la guerra tiende hacia un extremo, es decir, hacia el desarme total de cualquiera de los bandos, entonces, se utilizarán medios principalmente militares y será más probable una rendición. Si por el contrario, la guerra tiende hacia el centro, es decir, hacia el perfecto equilibrio de poder, entonces se emplearán medios principalmente políticos y será más probable una negociación política que conduzca a la paz.
5 ZAIDI, Ifti. The Conduct of War and the Notion of Victory: A Theory and Definition of Victory. Cranfield University Press, 2009. Pag. 19 y SS.
6 Elaboración Propia.
7 Elaboración Propia.
8 “Sun Tzu's theories heavily influenced Mao Zedong, so it holds that aspects of Mao Zedong's teachings may influence hybrid warriors. His ideas may appeal to a hybrid threat because a weak agent in the system can defeat a more powerful opponent by combining asymmetrical types of warfare with a strategy designed to influence an audience in the cognitive and moral domains. Mao's concept of victory, similar to a hybrid warrior's concept, is a political victory. These ideas fundamentally contradict the current American concept of a military focused theory of victory.” LASICA, Daniel. Strategic Implications of Hybrid War: A Theory of Victory. School of Advanced Military Studies, United States Army Command and General Staff College. 2009. Pag. 13.
9 “Total war occurs when players fight until one of them collapses from exhaustion.” LEVENTOGLU, Bahar. The Armed Peace: A Punctuated Equilibrium Theory of War. Presented at the 2005 annual meetings of the Midwest Political Science Association. Pag. 8.
10 Elaboración Propia.
11 “Not infrequently, battlefield achievement is squandered by incompetence in peacemaking.” GRAY, Colin. Defining and Achieving Decisive Victory. Strategic Studies Institute, 2002. Pag. 7.



Bibliografía

1. CLAUSEWITZ, Carl Von. De la Guerra (Versión íntegra). Editorial La Esfera de los Libros, 2005.

2. DOLAN, Thomas. Declaring Victory and Admiting Defeat. The Ohio State University Press, 2009.

3. GRAY, Colin. Defining and Achieving Decisive Victory. Strategic Studies Institute, 2002.

4. LASICA, Daniel. Strategic Implications of Hybrid War: A Theory of Victory. School of Advanced Military Studies, United States Army Command and General Staff College. 2009. Pág. 13.

5. LEVENTOGLU, Bahar. The Armed Peace: A Punctuated Equilibrium Theory of War. Presented at the 2005 annual meetings of the Midwest Political Science Association.

6. VAN EVERA, Stephen. Causes of War: power and roots of conflict. Cornell University Press, New York.

7. ZAIDI, Ifti. The Conduct of War and the Notion of Victory: A Theory and Definition of Victory. Cranfield University Press, 2009.